“Siembra" que 40 años después sigue dejando frutos en la salsa

En 1977, Willie Colón, luego de dos años alejado de la salsa y haber dejado a Héctor Lavoe ya con su propia orquesta como solista, y reafirmando todas las características de su música con trombones, proyectó una salsa llena de contenidos sociales, incluso políticos, que daría pie a un nuevo estilo: el de la salsa conciente de corte social.

Para realizar el cambio de sentido que se propuso en ese año 1977, Colón produce el álbum que títuló “Metiendo Mano”, en el cual presenta por todo lo alto a Rubén Blades, un cantante que ya era considerado uno de los principales compositores de salsa, y que en principio sus composiciones de crónica social fueron rechazadas por los productores que descartaban las mismas por considerarlas con demasiado letra, y muy extrañas y sofisticadas rimas.

Esta misma onda sería definitivamente consagrada, cuando la pareja Colón-Blades publica en 1978 su segundo álbum juntos titulado: “Siembra”, disco considerado “clásico de los clásicos”, un disco que es una maravilla de principio a fin, una joya de la música caribeña, uno de los discos más vendidos del género salsa de todos los tiempos y considerado una obra maestra en su composición musical y contenido lírico.

El álbum estableció nuevos paradigmas en el campo artístico y comercial y, poéticamente dirigió un mensaje de orgullo cultural, justicia social y liberación política a los latinos que vivían en el continente americano en una época de discriminación y opresión política, convirtiendo a Rubén en el personaje más importante de la salsa cerrando la década de los 70.

El álbum abre con el tema “Plástico”, en el que Blades cuestiona la postura de la gente plástica, y el que tiene un viraje radical. El cantante hace alusión a los otros latinoamericanos, a la gente de carne y hueso que no se vendió. Y en donde también hace alusión a la otra presencia: la esquina, los estudiantes, el barrio.

El resto del álbum, haciendo honor a esa definición popular que ya Blades había aludido, se repartió entre temas de amor “Buscando Guayaba” y “Dime”, y otras afirmaciones en la misma onda social: “Ojos”, del compositor puertorriqueño Johnny Ortiz (el único tema que no era de la autoría de Rubén), “Siembra”, que es el retrato de dos personajes importantes en la cultura popular: “María Lionza”, un personaje de perfiles religiosos, y “Pedro Navaja”.

En ese entonces se decía que al momento de Blades mostrar sus composiciones a los ejecutivos de la Fania Records le comunicaron que “Pedro Navaja” era muy largo, que parecía una novela que no iba a tener éxito, que tenía que cortarlo, cosa que Rubén y Willie no aceptaron. Ambos decidieron grabarlo así como lo habían concebido saliendo una verdadera obra maestra. "Pedro Navaja" es la descripción del clásico delincuente de esquina, personaje temible, causa y efecto de drogas, asaltos revolver y cuchillos, tema que sonó, suena y sigue sonando, y que ha sido un símbolo en el resurgir de la salsa en esa época que estaba en decadencia de letras.

Tanto “Pedro Navaja” como “Plástico” tuvieron el arreglo y la armonía del trompetista y director de orquesta Luis “Perico” Ortiz, y que con la grabación de esos temas tanto Rubén Blades como Willie Colón se dieron el lujo de determinar los nuevos caminos por los que correría la salsa de los 80, y no porque la música de ese momento en adelante tuviera que ser necesariamente social para adquirir validez, sino simplemente porque ya había un nuevo espíritu, conciente y premeditado, que la caracterizaría de manera definitiva.

Cuarenta años después queda claro que tanto Rubén como Willie lograron lo que se propusieron. Aunque posteriormente hicieron otros trabajos como “Maestra vida” y “El solar de los aburridos”, se separaron y hasta una gran controversia tuvieron en el 2007 por consecuencia de unas desavenencia cuando presentaron el espectáculo “Siembra…25 años después”, y hoy en día “Siembra…40 años después” todavía no se han reconciliado. Una verdadera lástima que dos grandes de la salsa acabaran de esa manera y que esa siembra en lo musical haya tenido una gran cosecha, pero no así en lo personal.

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