Música silenciada: El coronavirus dio una estocada mortal a los músicos independientes

El confinamien­to y las medi­das que obli­gan a la gente a vivir en un distanciamiento social en medio del coronavirus fue una estocada mortal para el músico de jazz y popular Hisdra José Álvarez.

Padre de tres hijas, bate­rista, profesor y músico in­dependiente, hasta el mo­mento no ha encontrado una salida económica y con­fiesa vivir una de las peores épocas de su vida.

Desde que el hotel en el que tocaba decidió suspen­derlo sin tener el beneficio de haber sido acogido en el Fondo de Asistencia Solida­ria al Empleado (Fase) o el programa “Quédate en ca­sa”, el día a día para Hisdra se ha convertido en una odi­sea más arriesgada que la que viven los protagonistas de la película “Jumanji”.

“La vida del músico in­dependiente es difícil por­que no cuenta con un segu­ro médico, no está incluido en la seguridad social y se programa para lo que apa­rezca durante el mes. En medio de la cuarentena la situación, para muchos de nosotros se ha puesto muy difícil. Sin entrar en detalles estamos pasado una terri­ble calamidad”, revela His­dra al conversar con LISTÍN DIARIO.

El músico, que inició en el grupo de jazz de Sandy Gabriel, ha tocado con Xio­mara Fortuna y otras agru­pacione musicales. “He acompañado a Sandy y a Xiomara en sus giras mun­diales y he tocado en im­portantes escenarios y con otros famosos jazzistas”, re­crea sobre su carrera. Sin embargo, de un tiempo acá el cerco se ha ido estrechan­do cada vez más para His­dra.

Trasladarse de un pueblo a otro, sacándole sonido a su batería y buscando el sus­tento de vida se hizo común en el reputado músico puer­toplateño, que ha tenido en el instrumento de la batería su pasión, su arte y su pro­fesión para el sustento de su familia.

Toca desde los 19 años cuando inició en La Novia del Atlántico. La caída del turismo en Puerto Plata lo obligó a trasladarse al este del país. Bávaro y Punta Ca­na acogieron sus notas mu­sicales. A esto se sumaban los “picoteos” que algunos directores de agrupaciones o amigos les solicitaban.

Situación difícil

“El trabajo para los músi­cos como yo cada vez se hi­zo más difícil y últimamen­te mi ingreso oscilaba entre 15 o 20 mil pesos mensua­les. La vida se pone cada vez más dura, y el coronavi­rus vino a aniquilarnos casi por completo”, dice Hisdra con pesar.

Este músico imparte cla­ses de batería en Feduja­zz, una fundación sin fines de lucro que brinda educa­ción musical de alta calidad y gratuita a los jóvenes.

“El músico está atrapado”

La realidad de Hisdra es parecida a la de miles de músicos dominicanos. De tocar los jueves, viernes, sá­bados y domingos ahora los músicos dominicanos no lo están haciendo ni un solo día. La pandemia aniquiló en más de un 90 por ciento su productividad.

La crisis ha obligado a muchos músicos a trabajar en otras actividades para obtener el sustento familiar.

“¡En estos momentos el músico está atrapado!”, ex­clama el merenguero Pochy Familia, secretario general de la Sociedad Dominica­na de Artistas, Intérpretes y Ejecutantes (Sodaie).

Pochy ha tenido que vivir de cerca la realidad y el dra­ma de muchos de sus com­pañeros en la música, si­tuación que le ha afectado tristemente.

“No sabía que la clase ar­tística del país estaba tan deprimida en términos eco­nómicos”, expuso. El me­renguero relató que lo que está sucediendo con todos los sectores del arte es de­primente, ya que las nece­sidades que existen (ya sea por enfermedades, aten­ción primaria o alimenta­ción) son impresionantes.

Inmediatamente el presi­dente Danilo Medina decre­tó el período de cuarentena el artista, junto a otros in­tegrantes de Sodaie, inicia­ron gestiones de inclusión de los músicos en los pro­gramas que había creado el gobierno para ayudar a los empleados privados.

Es así como junto al actor Johniée Mercedes, quien preside la Sociedad Domi­nicana de Artistas Intérpre­tes de Audiovisuales (So­dinavi), y Robert Cornelio, presidente de la Sociedad Dominicana de Guionistas y Directores Cinematográ­ficos (SODOGDC), se unie­ron y elaboraron un lista­do para solicitar a quienes representan la inclusión de sus miembros en el progra­ma Fondo de Asistencia So­cial del Estado o Quédate en Casa.

El estado asumió a la mi­tad de las personas en el lis­tado, ya que hubo una parte que no calificaban porque eran empleados del esta­do o ya estaban inscriptos en uno de los programas. También hubo otro grupo que fue rechazado por al­gún error del nombre o de la cédula de identidad. “Ya estamos trabajando en una segunda lista en donde he­mos corregido los errores y hemos ingresados a otros trabajadores del arte”, ade­lantó Pochy.

Sandy Gabriel

El panorama que advier­te el saxofonista Sandy Ga­briel para esta clase artística lo califica de “calamitoso”. Hace unos días él presentó un concierto vía streaming, con un patrocinador, cuyos fondos fueron destinados a ofrecer ayuda a algunos músicos en el Cibao.

“En mi caso yo he podido organizarme económica­mente, pero tengo muchos amigos que no la están pa­sando bien”, aseguró Sandy Gabriel.

FUTURO

En Navidad.

El ambiente navideño es probable que active las actividades artísti­cas, asegura Pochy Fami­lia, mientras ve un futu­ro incierto para los miles de músicos dominicanos que han visto paralizado sus ingresos económi­cos. El saxofonista San­dy Gabriel y el baterista Hisdra José Álvarez co­indican que para algu­nos la docencia e impar­tir clases virtuales podría ser una alternativa que ayudaría ante la actual crisis que enfrentan.

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