Septiembre: encuentro del Ateneo Insular
Dos ministerios de la palabra se manifestaron en el más reciente encuentro literario del Ateneo Insular.
El primero tuvo lugar en la tanda matutina del sábado 20: dos escritoras de literatura infantil expusieron sus libros y testimoniaron sobre este maravilloso don que recibieron del cielo para la edificación de nuestros niños.
El maestro del Interiorismo, en su sacerdocio con la «palabra que edifica», encauzó los puntos que bordaron las creaciones de estas escritoras inquiriendo sobre las motivaciones que tuvieron para escribir el cuento que leyeron: ellas evidenciaron el amor hacia los infantes y sus mundos, fantástico y real, que se complementan para hacerlos crecer fuertes emocional, intelectual y espiritualmente.
«Me gusta guardar las costumbres dominicanas y la literatura nuestra», respondió Evelyn Ramos Miranda. «Creo que soy una guardiana del universo y de la naturaleza», contestó Elidenia Velásquez.
Y así inició Evelyn la lectura de su Odette y las mariquitas de papel: «Odette era muy curiosa; regularmente hacía preguntas sobre las cosas más inimaginables que otros niños no pensaban, como: ¿Si en el planeta Marte los pequeños comían palomitas de maíz? ¿O si en el mar los peces soñaban como los humanos?» (p. 6).
Elidenia, por su parte, dio a conocer su Hijo de las hadas a través de uno de los cuentos que lo componen, el titulado «Provisiones de invierno»:
- «Una tarde de verano, Lucas jugaba con su abuela en el bosque. Ella le contaba historias sobre el mono pendenciero y de cómo este saltaba de rama en rama para escuchar las conversaciones de los humanos. Y también sobre el oso esquiador, que se deslizaba por las montañas cubiertas de nieve con el único fin de divertirse […]» (p. 33).

